Cada año empieza igual: entras al Buen Fin solo a “echar un vistazo”. Primero ves una pantalla, luego un celular, después una promoción que parece única, y sin darte cuenta ya llevas una bolsa en la mano o un carrito lleno en el ecommerce. En el momento se siente emocionante: el descuento, la sensación de estar ganando, la idea de que estás aprovechando una oportunidad. Pero luego llega diciembre. Llega el estado de cuenta. Llega la pregunta que no querías hacerte: “¿Por qué compré esto?”. El Buen Fin no es el villano de esta historia.
El problema es comprar desde la emoción y no desde la estrategia. Lo que necesitamos no es dejar de comprar, sino aprender a elegir: que cada compra tenga un propósito y que el de diciembre no sea lamentar lo que hiciste en noviembre. Este año puede ser diferente. Este año, el Buen Fin puede ser realmente un buen fin para tus finanzas.
La emoción del descuento puede hacerte sentir que estás “ganando dinero”, cuando en realidad estás gastando en algo que no necesitas. La mente interpreta la palabra “oferta” como una oportunidad irrepetible, pero un descuento no convierte algo innecesario en una buena compra. Antes de pagar, pregúntate: ¿Lo hubiera comprado al precio normal?, ¿lo necesito realmente?, ¿lo puedo pagar completo hoy? Si una respuesta es no, no es una oportunidad; es impulso.
2. Pagar con tarjeta sin tener un plan para liquidar
El Buen Fin te hace sentir que puedes con todo gracias a los meses sin intereses, pero si usas la tarjeta con la idea de “después veo cómo lo voy pagando”, se vuelve deuda. Meses sin intereses solo funcionan si tienes claro cuándo y cómo vas a pagarlo. Si dejas saldo pendiente o haces solo el pago mínimo, la institución financiera aplicará intereses. La tarjeta no te da liquidez; solo adelanta tus ingresos futuros. No estás financiando una compra. Estás financiando una deuda.
Las tiendas anuncian “12 MSI” o “Hasta 24 MSI en tecnología”, pero nadie te dice que la promoción puede tener condiciones ocultas: monto mínimo de compra, uso obligatorio de cierta tarjeta, o que aplica solo en algunos productos. Ejemplo típico: ves una pantalla con meses sin intereses, pero al pagar te dicen que solo aplica si usas la tarjeta de cierto banco o si superas cierto monto. Si no cumples las condiciones, la compra se procesa como operación normal con intereses. Meses sin intereses no significa “todo sin intereses”.
Hay una estrategia frecuente: inflar el precio días antes, bajarlo durante el Buen Fin y hacerlo pasar por “descuento”. Para evitar caer, revisa precios antes del evento en Profeco.
Después, compara el mismo producto en diferentes tiendas porque el precio puede variar muchísimo. No es raro que una pantalla esté “con descuento” en una tienda, pero en otra cueste menos sin promoción. Durante el Buen Fin, cadenas como Liverpool, Elektra, Mercado Libre, Samsung, Bodega Aurrera o Suburbia establecen precios distintos para el mismo modelo. A veces una tienda ofrece meses sin intereses, mientras otra ofrece mejor precio en pago de contado.
El verdadero ahorro no está en la etiqueta roja, está en el contraste. No gana quien compra primero; gana quién compara mejor.
Muchas tiendas cambian sus reglas solo durante esta temporada: no hay devoluciones, solo cambios, o no regresan dinero, solo saldo a favor. Esto significa que si el producto no es lo que esperabas, no podrás recuperar tu dinero. Antes de pagar, pregunta si aceptan devoluciones, si te regresan dinero o solo saldo de tienda, y qué pasa si el producto llega defectuoso. Una oferta deja de ser oferta si te quedas obligado a conservar algo que no querías.
6. Comprar por presión social
El Buen Fin está diseñado para generar urgencia: “Solo hoy”, “Últimas piezas”, “Se acaban.” Ese tipo de mensajes están hechos para que compres desde la emoción. Si decides porque otros compraron o porque el entorno te presiona, no estás eligiendo, estás reaccionando. Las compras impulsivas duran segundos; la deuda dura meses. No compres para no perder algo. Compra porque lo necesitas.
7. Usar crédito en cosas que no generan valor
Crédito no es para gadgets por impulso, ropa que vas a usar dos veces o compras emocionales. Crédito sí es para herramientas de trabajo, necesidades reales o compras planeadas. Cuando necesitas liquidez, es normal buscar crédito personal, préstamos personales sin anticipo o préstamos en línea. La diferencia está en el propósito. Liquidez no es deuda. Es estrategia.
8. Entrar al Buen Fin sin presupuesto definido
Entrar al Buen Fin sin presupuesto es lo mismo que llegar al supermercado con hambre: todo se te antoja. Define antes cuánto vas a gastar y en qué lo vas a gastar. Haz dos listas: Lista A (necesidades) y Lista B (deseos). Compra lo que estaba en la Lista A, no lo que apareció en el pasillo o en el banner de la app. Sin presupuesto todo parece buena compra. Con presupuesto, todo se vuelve más claro.
9. Mezclar compras necesarias con compras impulsivas
El escenario clásico: “Solo venía por una lavadora… y salí con una pantalla.” El entorno del Buen Fin está diseñado para estimular el consumo: luces, sonido, carteles, descuentos condicionados. Todo está pensado para activar el deseo, no la razón. Si tomas decisiones desde la adrenalina, compras deseos. Si decides desde la lógica, compras necesidades. Compra con cabeza, no con estímulos.
10. Confiar en que el aguinaldo pagará todo en diciembre
La frase más usada durante el Buen Fin es “Con el aguinaldo lo pago.” Pero el aguinaldo llega y se va: cenas, intercambios, regalos, viajes. Si compras contando con dinero que todavía no tienes, no estás planificando. Estás apostando. Endeudarte en noviembre porque “en diciembre lo cubres” es hipotecar tu tranquilidad financiera.
Cómo aprovechar el Buen Fin sin endeudarte
Si tienes una compra planeada, puedes usar crédito a tu favor. No se trata de evitar las ofertas, sino de tomar decisiones que no afecten tu tranquilidad financiera.
Aquí está la diferencia entre comprar con una tarjeta de crédito vs. usar MultiMoney:
Tarjeta de crédito tradicional
MultiMoney
Con la tarjeta, la deuda crece si no pagas todo. Con MultiMoney, la deuda tiene fecha de salida desde el día uno. No se trata de pedir crédito. Se trata de usarlo con intención. MultiMoney te permite aprovechar una oportunidad sin sacrificar tu aguinaldo, tu estabilidad ni tu tranquilidad.